Ha sido un trabajo duro y de meses el encajar como un puzle cada pieza y asignar la duración a cada punto de interés previamente seleccionado, escoger los alojamientos y trazar un plan de lo que hacer una vez en destino, descartando con mucho dolor de corazón otros lugares, porque es imposible abarcar todo al recorrer el país de norte a Sur. Sinceramente, no sabíamos ni por dónde empezar.
Trenes, aviones, barcos, ferry, autobuses cama, moto, desplazamientos privados, todo vehículo susceptible de transportarnos tiene cabida en este viaje, pero tiene que estar coordinado a la perfección para trasladarnos de un lugar a otro, en un país con un idioma muy diferente, con infraestructuras a veces desarrolladas, y otras no tanto, un país donde tampoco te puedes alejar de las rutas convencionales y turísticas porque todavía quedan artefactos enterrados por explosionar.
Escoger entre guías, taxistas, conductores, Uber, Grab, buscar ofertas en páginas web con contenido solo en vietnamita, localizar a un carismático profesor de idiomas del que solo conocíamos su apellido Míster Long, en Chau Doc para pedirle que fuese nuestro guía en el delta del Mekong, reservar una pequeña embarcación para acudir al mercado flotante más emblemático del Mekong, y o crear, junto a conductores locales de moto, el recorrido por lo que se conoce como la bahía de Halong en tierra, han sido entre otros, algunos de los detalles de la preparación más cuidada que hemos realizado hasta la fecha, preparación que compartimos, para que podáis organizar vuestro propio viaje de ensueño.
¿Qué hemos tenido en cuenta al configurar nuestro itinerario?
- Los vuelos, han sido cuidadosamente escogidos, porque según con quien, y donde se vuele, hay diferencias de precio de entre 300 y 500 euros por pasajero. Pero, además, y teniendo en cuenta que no hay vuelos directos desde España, las escalas pueden ser de un par de horas, o de un par de días, donde para más inri, no se aprovecha el tiempo. Mención aparte son los stop over (esto es, poder detenernos un día o más a voluntad para conocer esos puntos intermedios), como los que ofrece Qatar (para conocer Doha), o Emirates (para conocer Dubái). Pero a nosotros no nos sobraba el tiempo, y no los hemos aprovechado.
- Hemos priorizado el aprovechar al máximo el tiempo en destino. Parece obvio, pero cuando se recorre un país de norte a sur, con el tiempo justo, cada hora es importante. Por poner un ejemplo, viajar a desde Hanoi a Sapa en coche cama en el tren nocturno, nos va a permitir utilizar esa noche para el traslado, y amanecer en Sapa a primera hora de la mañana. Si se viaja en el primer bus de la mañana, se llega a mediodía. Además de ser toda una experiencia viajar en ese tren, conocido como el tren de la Reunificación, porque el ferrocarril, atraviesa todo Vietnam, de Norte a Sur.
- Pese a que muchos lugares han sido ya explotados turísticamente, y quizás, han perdido esa autenticidad, no hemos menospreciado sus paisajes y si, dejamos que, por unos días, nos traten como euros con patas. Todo sea por quedarnos con la boca abierta con sus paisajes, y aprender de su cultura, fruto de la herencia colonial francesa, y de sus antepasados chinos.
- Su idioma es el vietnamita. Y si, al principio, ver una pagina escrita en su idioma y no entender ni una coma, es normal. Pero la buena noticia es que debe de ser un idioma sencillo, porque Google Translator realiza su trabajo a la perfección, una traducción no literal y con sentido. Y es que, merece la pena a la hora de buscar tours, traslados, y vacaciones, porque además de tener mejores precios, tienen también mejores rutas, porque quizás, consideran que, el turista occidental, solo disfruta con visitas de pocas horas, con frugales comilonas en mitad. De hecho, una de las excusas que utilizan cuando te entregan una carta en inglés, con precios en dólares, y les solicitas amablemente la vietnamita, en Dongs, te dicen que es mas barato, porque ellos comen menos, y sus raciones, con menores.
- Caso aparte es el camboyano. Ni lo hemos intentado. Es otro alfabeto, además rarísimo.
- El tiempo y la climatología es algo contra lo que no podemos luchar. Julio y agosto son meses calurosos, y con probabilidad de lluvias al atardecer. Septiembre, sigue siendo temporada baja, pero está menos masificado, y es un mes excepcional para visitar los campos de arroz que están en todo su esplendor. Y lo mismo para los bosques de maleuca del delta del Mekong, todo un espectáculo para el visitante los canales tapizados de verde y adornados por nenúfares flotantes.
- Se ha estudiado con mucho detalle cada lugar recomendado, adaptándolo a nuestros gustos, y no dejándonos influenciar por lo que hace la mayoría, lo publicado, o lo que resulta exótico. En Sapa, nuestros gustos mandan. Preferimos conocer el entorno, que realizar rutas de senderismo de muchos kilómetros, que permiten conocer solo esa parte de la comarca, aunque lo habitual, es hacer una ruta de senderismo larga, y pasar la noche en alguna casa familiar. Si bien esto permite conocer mejor las costumbres locales, preferimos estar alojados en el centro de Sapa, en un buen alojamiento, cerca de todas las actividades que actualmente, se pueden realizar en la zona. En el delta del Mekong, al disponer tan solo de dos días, en lugar de quedarnos en los alrededores de Saigón, que no nos aportaban gran cosa, nos hemos desplazado directamente a Can Tho, para asistir al mercado mas famoso del delta del Mekong, el Mercado de Cai Rang, y a continuación, desplazarnos a Chau Doc, un lugar que, para la mayoría, es de paso. Pero para nosotros, es un lugar auténtico al que llegar.
- Los traslados de larga distancia los realizaremos en avión, a última hora de la tarde, o primera de la mañana, para aprovechar el resto del día.
- Cuando no ha sido posible utilizar el avión, simplemente por no existir o no tener horarios convenientes, hemos hecho uso de trenes y autobuses cama nocturnos, puesto que los trayectos suelen ser por autovías, con nulo interés paisajístico, y de esta manera, además de ahorrar noches de hotel, se han aprovechado esas horas para realizar los desplazamientos.
- Los tours en destino, salvo honrosas excepciones, con página web en inglés, disparan los precios, suelen ser en grupo y cobran a precios europeos o americano. La alternativa es no recurrir a ellos, y hacer lo mismo en transporte local, o empresas locales, contratadas en destino o por internet, buscando en vietnamita y contactando con todos ellos vía WhatsApp o correo electrónico.
- Preferimos contratar las motos y los coches con conductor, antes que conducir nosotros. Vamos de vacaciones, y no queremos problemas, ni perdidas de tiempo, dando vueltas por no conocer los lugares. Valoramos mucho nuestro tiempo, y también nuestra integridad. Los problemas más comunes cuando se alquilan vehículos surgen cuando le dan al turista una moto con algún problema, que se avería a los pocos metros, e intentan cobrar al turista una cifra desorbitada por su reparación, al culparle de lo sucedido, o de achacarle golpes en el vehículo que antes, supuestamente no tenía. Casos mas graves, se dan cuando personal de la empresa de alquiler, sigue al turista, con una copia de las llaves, y aprovecha algún momento de descuido para sustraer el vehículo y después, reclamarle el pago de dicho vehículo.
- Hay actividades que dependen de la climatología y que contratado online, disparan sus precios porque saben que muchos viajeros prefieren llevar todo resuelto antes de partir, y que, en cambio, la mejor opción es esperar a llegar, porque hay muchas alternativas locales a precios realmente asequibles.
- Los alojamientos han sido escogidos cuidadosamente, uno por uno, en las mejores y más céntricas, ubicaciones, aprovechando el reservar con antelación, y buscando calidad excepcional al mejor precio, siempre cancelables por si surgen imprevistos e independientemente de si se trata de hoteles, hostales o alojamientos familiares. Todos están valorados como excepcionales y su personal nos ha sido de gran ayuda al trazar el itinerario final.
- Para el trayecto en tren a Sapa, hemos escogido el tren con salida a las 22:00 desde Hanoi, de la compañía estatal Vietnam Railways, que es lo más económico, comprando a través de la web Baolau, que permite pagar con tarjeta de crédito europea y escoger compartimento y literas.
- Sobre el tren, aclarar que existen compañías de tren privadas que enganchan sus vagones a la máquina de la empresa Estatal, y que venden sus billetes como si de trenes privados se tratasen, bajo nombres como Fansipan Express, Chapa Express, Violette Express, King Express y otros nombres exóticos destinados a que el turista pague más por lo mismo, cuando en realidad, se trata de vagones privados, en el mismo tren. Además, desde hace unos años, las leyes vigentes exigen que todos los vagones sean exactamente iguales, hasta la ropa de cama que se proporciona. Es decir, la diferencia entre viajar en el tren estatal por 15 euros y hacerlo un vagón privado de 150 euros, consistirá básicamente en que quizás exista un florero de adorno más, se proporcione servicio de catering para el desayuno, y el personal de atención al cliente, sea el propio de la compañía, que se encarga de limpiar más a menudo los servicios del tren. Tampoco existen cabinas privadas para dos pasajeros. Simplemente, cuando se adquiere un billete de este tipo, básicamente consiste en que se están comprando las cuatro camas del compartimento.
- Viajaremos solo con maletas de cabina (o una de cabina y una mediana) y mochila de uso cotidiano, para poder movernos con libertad, sin la pesada carga de un equipaje voluminoso, que, a la vez, reducirá los costes por equipaje extra en los vuelos internos.
- El peso del equipaje: Las aerolíneas que operan en los países asiáticos, y muchas de bandera, ya solo permiten 7 kilos en cabina, y son muy estrictos. Por ejemplo, Air Asia, pesa cada equipaje de mano, y si no llevan la correspondiente etiqueta, no permite subir el bulto a bordo. Y esto se repite en cada vuelo. Para que resulte más económico, la mejor opción pasa por adquirir el extra de facturación para 20 kilos, para un solo pasajero y así cargar el peso en una sola maleta, con hasta 20 kilos de peso, que se facturará. La segunda maleta de cabina y una de las mochilas, transportarán hasta un máximo de 7 kilos y subirán a cabina.
- Se ha procurado siempre tener un hotel en destino, para guardar el equipaje durante las visitas. En Phnom Penh, y pese a no pernoctar, hemos reservado una habitación económica para poder dejar equipaje, descansar, y asearnos antes de emprender el viaje nocturno hasta Siem Reap.
- Hemos utilizado la tarjeta Bnext para comprar los vuelos asiáticos, y todo lo que requiera cambio de moneda, puesto que devuelven las comisiones. Cuando lleguemos a destino, además de cambiar moneda en las cajas de cambio, en cajeros, o para pagar, utilizaremos tanto la Bnext como la Revolut.
- Cuando lleguemos a Vietnam, como en tantos viajes, nos haremos con una tarjeta telefónica para poder contactar con los alojamientos, y tener siempre una vía de comunicación. En Camboya, al recogernos directos en la estación de autobuses nuestro conductor, no va a resultar necesario, aunque si tenemos la oportunidad, intentaremos hacernos con también con un número camboyano. Desde España venden tarjetas que prometen, por unos 25 euros, llegar, coser y cantar. Pero de momento y para vietnam, no funcionan bien.
- Llevar varias fotocopias de los pasaportes. Nunca hay que dejar los originales en los alojamientos, y si insisten, les entregaremos la fotocopia, alegando que tenemos el original en la embajada gestionando el visado para poder permanecer mas días en el país. También es conveniente llevar escaneada en un pendrive, además de tener otra copia en la nube cualquier información importante y que podamos perder. Documentos de identidad, tarjetas, permisos de conducir, y todo aquello que consideremos importante.
- Para escoger los alojamientos, es conveniente utilizar siempre varios buscadores. Tripadvisor, Booking, y Agoda para el sudeste asiático, comparando críticas y leyendo los comentarios, sin dejar de visitar la propia página del alojamiento escogido y hacerlo con antelación para poder escoger. Es cierto que estos países tienen tal oferta, que podemos llegar sin nada reservado, que en la calle no nos quedamos. Pero también puede ocurrir, que esos lugares improvisados, sean peor que dormir bajo el estrellado cielo, o nos cobren un riñón por un cuchitril plagado de insectos tamaño persona. Dejar a la suerte el alojamiento es jugársela y no merece la pena, especialmente, por los bajos precios de los alojamientos de calidad. Alojamientos que recomendamos siempre en el centro y cercanos a los lugares a visitar. Es preferible bajar cuanto apenas la calidad, a incrementar la distancia, pese a que el precio del transporte es baratísimo. Pero no nos olvidemos del tráfico infernal que nos puede robar horas de sueño, y que, en el sudeste asiático, es recomendable que esté cerca de los mercados nocturnos, que nos van a permitir tomar el pulso a la ciudad, y a una hora conveniente, retirarnos a descansar.
- Los mercados nocturnos fueron la experiencia más positiva que experimentamos en Malasia y que nos enganchó, especialmente, el Red Market de Georgetown. Irrepetible y único. Y en vietnam, además lo adornan con Karaoke. Como para perdérselo …
- Y si procedemos reservado online, y con todas las precauciones reseñadas, evitaremos lugares indeseables, y sobre todo, podremos ser afortunados, y encontrar verdaderos chollos, porque Vietnam es todavía un país en construcción, que pretende ser una buena alternativa a Tailandia, y continuamente, se están abriendo nuevos hoteles y alojamientos.Así, a muy buen precio, hemos encontrado en el mejor lugar de Hanoi un hotelito impecable, precioso, económico, junto al original mercado nocturno y las principales atracciones. Fue inaugurado en el mes de mayo y su prioridad ahora es la de recibir clientes, que lo valoren al máximo para poder escalar en la lista de Tripadvisor, harto complicado, porque pese a que todas las valoraciones recibidas son muy positivas, al ser todavía pocas, figura todavía muy abajo en la lista. Así, un incentivo para que los clientes arriesguen es su buen precio y una inmejorable localización, acompañado de un frugal desayuno, considerado excepcional por sus huéspedes.El mejor ejemplo de que nunca está de más consultar la web del hotel, y no menospreciarla, porque habitualmente sus precios son superiores a las consabidas webs omnipresentes como Booking, es el resort que hemos reservado en Phu Quoc, que, en su web, y solo allí, estaba a precio de saldo, cual oferta en tercera rebaja del corte inglés, la última suite junto a la playa, a precio inferior a la doble normal, situada en la jungla, que habíamos rechazado porque nos parecía excesivo el precio.Quizás estábamos en el lugar adecuado, y el momento adecuado, pero no lo pensamos.No había que hacer ascos a lo que el destino, había puesto en nuestras manos, y por una vez, superamos por mucho, el techo de gasto por noche que habíamos fijado de antemano para Vietnam, que estaba en máximo 35 euros por noche, de forma excepcional, y de 30 euros para lugares que lo merecieran, aunque la media, era de 25 euros la doble.Iban a ser 80 euros por noche, pero nos acordamos del slogan, el del anuncio estúpido “porque yo lo valgo”. En esos momentos, el slogan cobraba sentido, y el dedo, inconscientemente consciente, pulsó el botón derecho del ratón, y confirmó la reserva.Nos encontramos con una suite de setenta metros junto al mar, tamaño apartamento, lujosísimo, a un precio inferior de lo que cuesta una habitación en un hotel de tres estrellas en Madrid, incluyendo un frugal desayuno buffet servido en la terraza de la pequeña mansión, que, dando buena cuenta del mismo te impide ingerir alimentos sólidos hasta bien entrada la noche.
- Así, recomendamos en mitad de un viaje largo, cuidadosamente estudiado para que los costes no se disparen, incluir perlas en pequeñas dosis, que nos hagan soñar. La primera, tras los primeros días, que suelen ser agotadores, y la segunda, llegando al culmen del viaje, casi al final. El descanso del guerrero trasladado a viajes. En nuestro caso, las perlas intercalas han sido el crucero por la bahía de Halong (Lan Ha en nuestro caso), y la estancia en Phu Quoc, en el resort idílico con piscina infinita junto al mar que todos soñamos.
- Y para inmortalizar esos momentos y otros igual de placenteros, en este tipo de viajes, siempre es conveniente llevar además de la cámara normal, una cámara sumergible y de calidad, que nos permitirán inmortalizar los recorridos en kayak, por la bahía de Halong, o los fondos marinos de las islas y playas.
- Los enchufes son de clavija plana, por lo que serán necesarios los adaptadores. Recomendamos llevar siempre un ladrón con varias bocas en la maleta, que se conectará al adaptador, y de esta forma, cargaremos varios dispositivos a la vez. Ni que decir que nos vamos bien provistos de baterías, para las cámaras.
- Vietnam no tiene fama de tener playas paradisiacas, como si ocurre con Camboya. pero quizás, es porque todavía no se conocen lo suficiente. Cerca del archi famoso Phu Quoc, que vendría a ser el Benidorm levantino, se encuentra el archipiélago de las islas An Thoi, con islas verdaderamente espectaculares, como Hòn Xưởng, Hon Gam Ghi o Hon Mong Tay, de hecho, la primera isla, según el periódico británico Evening Standard tiene la misma belleza que maldivas, y describe la isla como un lugar remoto con playas pintorescas y bosques circundantes intacto.
- En Camboya, para visitar los templos de Angkor Wat, hemos escogido hacerlo con coche, frente al tuk tuk, por si llueve, y por poder disfrutar del aire acondicionado durante los traslados entre templos. Hemos escogido una reconocida agencia, con un precio inmejorable y un conductor que habla español, y no hemos escogido guía de habla española, y ni siquiera, de habla inglesa. Un guía es lo que encarece sobremanera la visita, cuando toda la información está disponible en internet. Tan solo necesitaremos un conductor que conozca bien el lugar, y nos lleve a los lugares de interés. Nuestra guía, en papel y en el móvil, se encargarán de informarnos de todo lo que vamos a ver, si ha quedado alguna duda, tras llevar meses visionando documentales sobre los templos.
