Cuando escuchamos hablar de Vietnam y Camboya, inevitablemente nos vienen a la memoria imágenes del conflicto bélico que sirvió de inspiración a muchas de las mejores películas de la industria del cine que,plasmaron el enfrentamiento entre los dos bloques ideológicos del momento, el capitalismo, apoyado por los Estados Unidos, y el comunismo, apoyado por la Unión Soviética, y de un atroz genocidio, el de los Jemeres Rojos de Camboya, en el que murieron millones de personas, cuando aún estas lejanas tierras eran conocidas como Indochina.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, Vietnam había sido colonia francesa, y durante la guerra, los japoneses le invadieron. Tras la retirada japonesa, fue cuando Vietnam, estableció su propio gobierno, bajo el liderazgo de Ho Chi Min, que fue destituido al acabar la guerra, cuando los americanos devolvieron el sur de Vietnam a Francia.
Los vietnamitas del Sur, trataron muy mal a los de Norte, y así, crecio el apoyo a Ho Chi Min, Los chinos del norte de Vietnam, se retiraron en 1946, y Ho Chi Min, asumió de nuevo el liderazco, esta vez, solo del norte del país y fundó la liga para la independencia, la Viet Minh, que acbabaría convirtiendose en el famoso VietCong.
Entonces Francia, reclamamó el Norte del país y bombardeó Haipong, el puerto del que hoy salen los cruceros por la bahia de Halong. Francia se acababa de meter en un buen lio, porque no tenía suficiente ejércido para luchar. El bloque comunista, (China, Rusía y paises del este de Europa) apoyó a Vietnam del Norte y a Ho Chi Min). El país quedó dividido en dos.
Pese a los intentos de encontrar una solución pacífica, no se llegó a ningún acuerdo y empezó la lucha de guerrillas, con el Viet MInh reconvertido a VietCong, y adiestrados en las tacticas que utilizaban los comunistas chinos, moviéndose por la parte de la frontera con Laos, donde una espesa selva les camuflaba de los ataques aéreos lanzados por la aviación americana, con el objetivo de reunificar el país, en un solo bloque comunista, aliado de China y la URSS,
Por el miedo a la expansión comunista, Estados Unidos se unió a la lucha retirandose por el avance de las tropas comunistas, y por la falta de apoyo en su propio país. El Vietcong, apoyó, por otro lado, a Pol Pot y a los Jemeres Rojos de Camboya, y cuando se retiraron los estadounidenses de Vietnam, ya nada detuvo a los Jemeres, que pretendían volver a la edad de piedra, matando a todos los que consideraban una amenaza para el regimen. Intelectuales, científicos, y todo aquel que se opusó a su régimen de terror, acabó siendo asesinado.
Pese a estos tristes capítulos de la historia reciente, también nuestra mente evoca idílicos paisajes y bellísimos templos y construcciones, exóticos lugares, caóticas ciudades en cuyas calles, quien gobierna es el caos en forma de motocicletas apiñadas, playas de aguas cristalinas y una gastronomía que ha conquistado al viejo mundo.
Vietnam y Camboya han servido de escenario a películas tan conocidas como Rambo, Tomb Raider, Apocalipse Now, La Chaqueta Metálica, Indochina, Platoon, El Amante, Good Morning Vietnam, e incluso, una comedia española muy recientemente estrenada, Thi Mai, rumbo a Vietnam.
Y es que estas exóticas tierras, durante años a la sombra de su vecina Tailandia como lugar vacacional, se han convertido con el paso del tiempo en un destino muy tentador para aquellos viajeros que buscan paisajes naturales idílicos, únicos y muy fotogénicos, con riqueza monumental, una cultura diferente y amable, una gastronomía variada y apetitosa, y sobre todo, países seguros y a los que se pueda viajar con niños.
Los templos de Angkor Wat en Camboya, son candidatos permanentemente a formar parte de las maravillas del mundo moderno, en competición, entre otros, con nuestra maravilla más universal, la Alhambra de Granada.
Como maravilla natural, la bahía de Halong en Hanoi, figura entre las siete primeras, y muchos lugares de interés en estos países están reconocidos como patrimonio de la humanidad.
Y es que, llegado el momento de buscar y escoger dónde pasar las vacaciones, son muchas las ideas que nos rondan, pero solo una de ellas se va a poder materializar: no resulta sencillo decidir el lugar en el que pasar los días de vacaciones que, como todo trabajador, tenemos el derecho de disfrutar: son solo pocos días, frente a todo un año de trabajo y ese tiempo además se vuelve en nuestra contra, porque cuando se llega al destino, éste, parece volar. Y antes de que nos demos cuenta, ha llegado el momento del regreso, y de resetear el reloj hasta la siguiente aventura, probablemente, muchos meses después.
Así, seleccionamos con sumo cuidado alguno de esos lugares soñados que nos va a acoger durante algunos días, y que, bien escogido, nos permitirán soñar, antes, durante y después. Es una inversión en uno mismo y para uno mismo, un regalo y un aliciente con el que enfrentar cada día, y un autentico revulsivo frente a la monotonía, una inyección de moral, y una dosis de cultura, tolerancia y respeto.
"Cada viaje nos cambia la percepción del mundo que nos rodea, y la vida misma"