El tiempo es oro, y quien lo tiene, tiene un tesoro. Esto decía mi abuela siempre, y en el caso de un viaje a un destino lejano, con más razón.
Una vez tomada la decisión de viajar hasta Vietnam y Camboya, deberemos crear el itinerario a seguir tras aterrizar, incluyendo aquellos lugares que nos interese visitar, para así poder repartir el tiempo de una manera lógica y organizada entre ellos, que nos permita conocer sus atractivos de una manera relajada y divertida, sin llevarnos al agotamiento, y al mismo tiempo, sin tiempos muertos.
Pero para decidir lo que incluir, y lo que descartar, es necesario documentarse previamente, para conocer lo que ofrece cada país y sus comarcas, muy diferenciadas entre sí y con diferentes tipos de atracciones..
Vietnam es un país inmenso e inacabable, y Camboya, pese a ser más pequeño, podría dar para bastantes días de viaje, así que ha sido necesario descartar lo que nos resultase menos atractivo o nos complicase en exceso, porque el tiempo jugaba en nuestra contra, y los precios de los vuelos podían subir considerablemente en cualquier momento. Vuelos que dependían directamente de la ruta ruta a seguir y que no podíamos comprar hasta no tener totalmente decidido el itinerario final y lo que se desea visitar, y realizar todo tipo de posibles combinaciones de aeropuertos de entrada y salida, para lograr la mejor combinación de precios / vuelos, porque dichos precios varían notablemente, en función de los aeropuertos escogidos.
Por ejemplo, para las fechas escogidas, si se elegía la ruta Madrid – Siem Reap, y Hanói – Madrid, el vuelo costaba unos 300 euros más que la combinación Madrid – Kuala Lumpur, Ho Chi Min – Madrid. En ambas combinaciones, se realizaban dos escalas para llegar a Siem Reap, pero la segunda opción, más económica, llegaba horas antes al destino.
De Kuala Lumpur, es muy sencillo y económico volar a Phnom Penh, la capital de Camboya, con Air Asia. Y de Siem Reap, hay vuelo directo a Hanói. De nuevo, volar desde Hanói a Madrid, es bastante más caro, que hacerlo desde Ho Chi Min.
Por precio, en nuestras fechas lo conveniente era comenzar por Camboya, y después, volar a Vietnam, siguiendo un itinerario de Norte a Sur.
Una opción que descartamos fue la de ir desde Camboya hasta Vietnam, o viceversa, por el delta del Mekong a bordo del ferry, pese a ser un recorrido muy bonito, y muy sencillo de hacer por libre.
Para visitar primero Camboya, se debería volar desde Kuala Lumpur hasta Siem Reap, realizar las visitas a los templos de Angkor Wat, para a continuación, dirigirse a Phnom Penh en autobús o en avión. Y tras visitar la Ciudad, poner rumbo hacia Vietnam el Ferry que llega hasta Chau Doc, de la compañía Hang Chau, y el cruce entre ambos países se realiza por el paso fronterizo de Vinh Xuong, llegando a Chau Doc al atardecer.
Este paso fronterizo no está todavía preparado para reconocer visados electrónicos, al no disponer de la tecnología necesaria, por lo que, si la intención es permanecer más de 15 días en el país, es necesario tramitar previamente el visado en la embajada de Vietnam en Madrid, con un coste de 80 euros.
Para estancias inferiores o iguales a 15 días, como españoles, sería posible utilizar la opción de la exención de visado, simplemente enseñando en la frontera un billete de salida del país que confirme que lo abandonaremos en dicho plazo.
Como nuestras intenciones eran las de permanecer más días en Vietnam, descartamos esta opción, porque además del coste del visado, hay que contar con que los vuelos de regreso a Madrid con salida desde Hanói, tienen un coste aproximado de 150 euros más por pasajero que si se hace desde Ho Chi Min, es decir, que nos suponía unos 360 euros más el hacerlo de esta manera. En sentido contrario y dejando Camboya para el final, además del sobrecoste, los vuelos no encajaban.
Camboya
En Camboya, la visita obligada para todo viajero son los Templos de Angkor Wat, situados junto a la ciudad de Siem Reap, que requieren al menos, 3 días completos para ver lo más importante, porque el complejo es extensísimo e imposible de visitar en pocos días.
La capital del país, es un destino que muchos viajeros pasan por alto, por considerar a Phnom Penh, de antemano, un destino anodino y con poco encanto, pero que nosotros si queríamos incluir en nuestro recorrido, por su pasado francés, por la multitud de templos y lugares espirituales de oración que alberga, su bullicioso mercado nocturno, y por las huellas de su reciente pasado de opresión y terror.
Decidimos dedicar un día completo a su visita, aunque lo recomendable sean dos si se desea incluir la visita a los campos de exterminio en los que tuvieron lugar los hechos más macabros de la historia reciente del país. Millones de camboyanos fueron exterminados de forma cruel y violenta a manos de los temibles Jemeres rojos, con el dictador Pol Pot a la cabeza.
No teníamos dos días, para recorrer Phnom Penh, pero tampoco nos apetecía abrir nuestras vacaciones con el recuerdo de unos sucesos tan lamentables. Con el objetivo de ganar tiempo, el desplazamiento hasta Siem Reap para visitar los templos de Angkor Wat, lo haríamos en bus nocturno, cuyos asientos son camas.
Descartamos el avión entre ambas ciudades por el horario del vuelo a media tarde, que hubiera reducido la visita a la capital a unas pocas horas, imposibilitando también el acudir al mercado nocturno.
Duración
La duración de la vista en Siem Reap la teníamos decidida desde el principio, asumiendo de antemano que ver todos los templos requiere mucho tiempo, semanas, y que tampoco es necesario verlos todos.
Un día: no lo recomendamos. Es insuficiente y agotador, y no compensa el esfuerzo hasta llegar a este país, ni la inversión en visado, traslados, transporte y vuelos. Si solo se dispone de un día, creemos que es mejor dedicar ese día a otro lugar y no hacer un inciso en Camboya, porque supondrá un desembolso importante, para estar demasiado poco tiempo.
Dos días: es lo mínimo requerido para hacer lo que llaman "el circuito corto", y el "circuito largo" de templos, y conocer lo imprescindible del complejo, aunque nos parece insuficiente, por la belleza del lugar, y porque se quedan fuera los templos más alejados de la jungla.
Tres días: Dedicando tres días, conoceremos lo más importante del complejo, es lo ideal, porque además de los dos circuitos típicos, se visitarán templos y construcciones más alejados y preciosos y alguno de los pueblos flotantes sobre el río Ton Le Sap, además de adentrarse en la jungla Camboyana. Son tres días muy intensos y agotadores bajo un sol abrasador. Además, uno de los días, se acude al complejo a las cinco de la mañana, para ver amanecer, y esto supone un buen madrugón. Si escogemos esta duración, hay que tener la precaución de permanecer hidratados durante todo el recorrido e ir bien protegidos del sol para evitar lipotimias e insolaciones, porque descansaremos poco y seremos más vulnerables.
Cuatro días: Muchos viajeros con tiempo libre optan por esta opción, para introducir un día de descanso en mitad de los recorridos, especialmente si se viaja con niños. Se escoge un buen complejo hotelero con piscina, para refrescarse tras la dura jornada, y esto contribuye a que el viaje sea menos agotador.
Vietnam.
Para una mayor claridad, se suele dividir el país en tres regiones bien diferenciadas, Norte, Centro y Sur, cuando se trata de organizar un viaje, porque cada zona presenta sus peculiaridades. Vietnam del Sur, es la parte mas occidentalizada del país, por las influencias americanas de la época del conflicto que dio origen a la guerra de Vietnam. En el centro, todavía se aprecian signos de la influencia de China sobre esta parte del país, mientras que la zona norte, es donde habitan las minorías étnicas.
1.- Norte de Vietnam.
1.1. Climatología.
El norte de Vietnam presenta una estación seca y más fresca desde noviembre a marzo y una estación calurosa y húmeda entre abril y octubre. En la zona fronteriza con China, en invierno hace frio, con ocasionales heladas y nevadas.
En Hanói el tiempo es más cálido que en las montañas del norte, y al estar situado en el hemisferio norte, se dan las cuatro estaciones. Así, primavera e invierno serán la época seca, de noviembre a abril, y de mayo a octubre, será la húmeda, en la que llueve más, pero sin llegar a impedir la visita a la ciudad.
En la Bahía de Halong pueden darse abundantes neblinas que dificulten la visibilidad y en algunos casos esporádicos, suspenderse la salida de los cruceros por el mal tiempo.
En septiembre, las temperaturas son agradables, con menos calor que los meses anteriores, y abundan las precipitaciones.
1.2. Paisajes y atractivos de sus comarcas
1.2.1. Las montañas y los arrozales.
El norte de Vietnam es una zona de exuberantes montañas, que durante más de medio siglo vivió bajo el régimen comunista. Al contrario de lo que pudiera pensarse, disfruta de cuatro estaciones, lo que le confiere una gran variedad de paisajes. Es el hogar donde habitan la mayoría de los grupos éticos del país, en aldeas de cabañas de madera, bambú y hojas de palma.
Los viajeros suelen escoger entre tres zonas bien diferenciadas del norte, Sapa y sus alrededores, la más explotada turísticamente, el valle de Mai Chau, todavía un gran desconocido, o Ha Giang – Dong Van, un sueño para moteros.
1.2.1.1. Sapa
Al noroeste de Hanói, a unos 300 kilómetros, en la provincia de Lao Cai se encuentran las montañas que rodean Sapa, una verdadera delicia para los amantes de la naturaleza y senderismo, la antropología, y la fotografía, por sus paisajes de postal, y las numerosas etnias que habitan en pequeñas aldeas.
Este entorno tan idílico, famoso por sus verdes y extensas terrazas de arroz, tiene tanto que ofrecer al viajero, que seguramente nos marcharemos deseando haberle dedicado algún día más para disfrutar de las numerosas actividades que en él se desarrollan, entre las que destacan las rutas de senderismo entre terrazas de arroz y valles hermosísimos decorados con cascadas, puentes y pintorescas aldeas, coloridos mercados locales donde se vende todo tipo de productos, recorridos en moto hasta la frontera con China entre espectaculares paisajes, trayectos a nuestro aire en transporte local, y por si faltaba algo, la posibilidad de subir al techo de Indochina, el monte Fansipan, a más de tres mil metros de altura, bien en escalada, o en un moderno teleférico hasta la cima, precedido de un precioso trayecto en funicular que nos permitirá relajadamente, observar el pintoresco valle de Muong Hoa o extravagancias de la talla de los tours a lomos de un búfalo.
A Sapa, se puede llegar fácilmente en transporte público desde Hanói, en autobús, microbús o en tren hasta Lao Cai y autobús. Esta última combinación es una experiencia maravillosa, por lo que es la más utilizada por su comodidad, especialmente, en los trenes nocturnos que cuentan con coche cama y que tardan en realizar el recorrido unas siete horas, y otra hora más de autobús hasta Sapa. En autobús, que va directo de Hanói a Sapa, se tarda entre cinco y seis horas y es mucho más económico.
Es una zona muy muy turística, y este es quizás, el principal inconveniente para viajeros ávidos de experiencias más locales y auténticas, que, sin desmerecer la belleza de la comarca, prefieren opciones menos masificadas y más rurales.
Lo recomendable cuando se visita Sapa es dedicar, al menos, dos días completos, porque para menos tiempo, no compensa el desplazamiento. Si se desean hacer diferentes rutas de senderismo, o ir más relajadamente, se puede alargar el viaje de tres a cinco días o incluso, una semana, para conocer bien el entorno y las diferentes etnias que pueblan la comarca. Pero si no se tiene en mente realizar senderismo, con dos días es suficiente para conocer Sapa y los alrededores.
1.2.1.2. Valle de Mai Chau
A tan solo 150 kilómetros de Hanói y unas cuatro horas de viaje, se encuentra el valle de Mai Chau, una alternativa más cercana y menos turística que Sapa, y quizás, la zona mas rural del norte, donde viven varias minorías étnicas, y que ofrece paisajes similares a Sapa, con campos de arroz y pequeñas aldeas. Es un paisaje precioso y aunque no puede competir con la insultante belleza de Sapa, si tiene los suficientes atractivos como para merecer la pena una escapada.
Además de sus preciosas aldeas, y sus arrozales, donde se respira paz,se podrán visitar los mercados típicos de la zona, realizar senderismo por los alrededores y visitar las atracciones mas relevantes, como la cueva del Atardecer, que pone a prueba la resistencia de los excursionistas, que tendrán que coronar 1200 escalones para acceder a su interior. Las vistas desde arriba son espectaculares.
1.2.1.3 Ha Giang – Dong Van.
Hasta hace poco, se trataba de una zona remota de difícil acceso, a la que muy pocos visitantes se atrevían a llegar, al no contar con buenas carreteras y no estar preparada para el turismo, pero poco a poco, y a medida que el tiempo transcurre, la situación va cambiando, y podemos afirmar que, si hay un lugar que puede hacer sombra a Sapa e incluso superarlo, es éste.
Los paisajes son muy parecidos a los de Sapa, terrazas de arroz, valles preciosos y aldeas, pero además cuenta con un increíble geo parque kárstico que es patrimonio de la Unesco, y más del 90% de los habitantes de Hà Giang pertenecen a algún grupo étnico minoritario, con sus propios valores y cultura.
Se puede llegar en trasporte público desde Hanói o desde Sapa, pero lo más recomendable, es hacerlo en moto, por la belleza del recorrido, aunque se trata de una ruta difícil no apta para conductores nóveles. Para llegar hasta estas remotas tierras, es conveniente contar con tiempo, y dedicar como mínimo, tres o cuatro días a recorrer la zona, sin prisas, para poder disfrutar de todo lo que nos ofrece.
1.2.2. Hanói. La capital.
Hanói es la segunda ciudad más poblada de Vietnam, tras Saigón, con ocho millones de habitantes sumando su área metropolitana.
Con numerosos atractivos para el visitante, y más asiática, por no haber sido colonizada, bulliciosa y caótica, es un mar de motos que invaden hasta las aceras, creando un indescriptible caos que atrapa al viajero, incapaz de salir de su asombro, y aturdimiento al sentirse totalmente rodeado de una marabunta rugiente de dos ruedas.
El encanto de sus estrechas y calles, repletas de casas-tiendas, sus lagos, parques y monumentos hacen que el viajero permanezca en estado de Shock cuando visita su casco antiguo, el Old Quarter, que inevitablemente, transportan al viajero al viejo Vietnam, mientras se deja invadir por el ruido, y el trepidante tráfico de sus calles. Es una ciudad excéntrica, moderna e indescriptible, donde uno de sus mayores espectáculos es ver pasar el tren de la reunificación, por el medio de una estrecha callejuela, donde momentos antes, se encontraban las mesas de las terrazas, repletas de comensales, y que de repente, todo se transforma a toda prisa, porque .. ¡Que viene el tren!. Increible, pero cierto.
Los encantos que todo turista deben de conocer se concentran en dos barrios, el casco antiguo y el llamado barrio francés, la zona más lujosa de la ciudad, con números edificios coloniales.
Se necesitan al menos dos días para conocer los indispensables de estos dos barrios y empezar a sentirse parte del organizado desorden, dejandose envolver por él cual bruma pasajera. Hay que detenerse, como lo hace el tiempo en Hanoi, a tomar una cerveza local, una Bia Hoi, la cerveza de barril, más barata del mundo, que se fabrica cada día en las ciudades, muy suave y ligera, y que cuyo precio, no llega al euro en los sitios más turísticos, y no sobrepasa los 20 centimos, en los bares un poco menos céntricos, pero si hay un lugar por excelencia donde degustar una Bia Hoi, es en la calle Hang Dieu.
Si solo se dispone de un día, se visitarán las atracciones más relevantes a elección del viajero, porque a todo, no da tiempo, especialmente, si se desea vivir en primera persona el paso del tren por las estrechas callejuelas del barrio antiguo, porque hay que estar allí en el momento exacto del paso del tren, un tren que no suele ser puntual.
1.2.3. Bahía de Halong
La Bahía de Halong es el principal motivo que atrae a los visitantes cuando se deciden por este destino, al tratarse de una de las siete maravillas naturales y escenario de películas como Indochina, o El mañana nunca muere, por las formaciones y rocas kársticas a lo largo del golfo de Tonkín, las cuevas naturales y sus recónditas playas que invitan al baño.Un paisaje asombroso, obra de la madre naturaleza, único en el mundo.
Recorrer la bahía a bordo de una embarcación, es una de las experiencias más increíbles e inolvidables que nos ofrece Vietnam y es la imagen que nos vienen a la mente cuando escuchamos hablar de este exótico país.
Las mayores dudas que arrcian durante la preparación del itinerario a seguir una vez en el país, suelen ser sobre la duración del recorrido por la bahía, y sobre todo, con quien hacerlo. Complicado y peliagudo, porque si nos equivocamos en la elección, sufrieremos las consecuencias.
Lo habitual es encontrar ofertas de un día sin pernoctación, dos días una noche, y tres días dos noches. ¿Qué opción escoger, sabiendo que la duración del viaje desde Hanói hasta puerto de embarque es de unas tres o cuatro horas por carretera, o dos, si el puerto de salida es la bahía de Lan Ha?
Además de la duración del crucero, tendremos en cuenta el recorrido que realiza el barco, porque en esta zona, en realidad encontramos tres bahías: Lan Ha (situada al sur de la isla de Cat Ba), Halong (situada a la izquierda de la isla de Cat Ba) y Bai Tu Long, situada más lejos de las anteriores.
1.2.3.1. Recomendaciones para escoger el barco / crucero en la Bahía de Halong
La principal recomendación al viajero, es la de elegir en primer lugar el barco con el que se desea navegar, fijándonos en las opiniones y críticas vertidas por pasajeros que ya han utilizado sus servicios y han navegad, actividades que desarrollan y la gastronomía a bordo.
Una vez seleccionados dos o tres que se adapten a nuestro gusto y presupuesto, y tras contactar con las agencias, se escogerá la que mejores precios y condiciones ofrezca, siempre tras constatar que son una empresa seria y de fiar, leyendo los comentarios vertidos en tripadvisor, booking entre otras.
De esta manera, podremos descartar los barcos masificados, porque sabremos de antemano los camarotes que tiene el barco y lo que podemos esperar de él. De la misma manera,podremos descartar aquellos barcos que no ofrezcan medidas de seguridad adecuadas, ya que algunos, ni siquiera disponen de chalecos salvavidas. En Hanói existen muchas agencias de bajo coste que ofrecen estos recorridos de pesadilla. Es un secreto a voces que existe una verdadera mafia dedicada a estafar a los turistas, ofreciendo un crucero de ensueño, que una vez a bordo, se transforma en pesadilla.
En Asia, una diferencia de unos pocos euros puede suponer un barco cochambroso que se cae a pedazos, con camarotes en peores condiciones que una celda carcelaria, comida nauseabunda, y por desgracia, hasta con acompañantes roedores en el camarote. En el lado opuesto, se encuentran aquellos barcos que ofrecen una gratificante experiencia difícil de olvidar.
Por desgracia, algo habitual en el Sudeste Asiático, y especialmente en Vietnam, son las estafas que sufren los viajeros, sobre todo, con la excursión más solicitada y apetecible, su joya de la corona, el crucero por la bahía.
Supuestamente, contratan un crucero de ensueño, y lo que reciben es un producto muy deficiente que puede arruinar completamente las esperadas vacaciones. En esto tipo de estafas, es muy común que se acerque algún local en mitad de la calle, abordando al incauto turista que entra a preguntar en las agencias y se detiene a leer los carteles, y se ofrezca como representante de alguna compañía, tratando de vender estos productos defectuosos a los incautos que caen en su trampa, seducidos por las tentadoras imágenes de los álbumes que muestra el desalmado vendedor.
En definitiva, lo que recibe el turista no tiene nada que ver con lo que se contrató de buena fe y lo más probable es que el supuesto vendedor, ni siquiera trabaje para la compañía que dice, y simplemente, reciba una comisión de la mafia que existe entorno a los cruceros de la Bahía de Halong y que ha dejado a muchos viajeros en barcos inmundos, rodeados de ratones, y posteriormente, desembarcados contra su voluntad en la isla de Cat Ba, donde han tenido que dormir o pasar el día en un lugar donde no hay nada, esperando que lleguen a recogerlos.
Mucho peor es el resultar víctima de robos en la embarcación durante el tiempo en que se realizan las visitas y las actividades programadas. En muchos foros se quejan de la desaparición de teléfonos móviles, cámaras de fotos y objetos de valor, algo que resulta impensable en barcos de reconocido prestigio, que, además, incluyen cajas de seguridad en sus camarotes.
La peor situación reportada por las victimas ha sido la retención del pasaporte del viajero al comienzo del crucero, bajo una supuesta ley que así lo exige, y utilizándolo como chantaje si al final del crucero, el pasajero defraudado decide denunciar.
Para evitar todos estos problemas, es conveniente reservar con antelación y online en agencias de total confianza bien contrastadas o directamente con la empresa propietaria del barco, porque las plazas de los mejores se agotan rápidamente, precisamente para garantizar una calidad y evitar estafas, como pudimos comprobar al solicitar precios en unas fechas determinadas, para varios barcos, que estaban ya completos, y que por suerte, pudimos encontrar plazas en uno de los tres que queríamos.
Así también ganaremos tiempo al no tener que recorrer cientos de agencias en una ciudad caótica y nos garantizaremos dichas plazas. Si ya es complicado hacer la elección frente a un ordenador, tranquilamente desde casa, debe ser terrible hacerlo con el tiempo corriendo en contra, en medio del bullicio de Hanói, y sin la posibilidad de contrastar las opiniones de otros viajeros en foros y páginas especializadas.
Si la calidad del barco es importante, también los son las actividades que proponen para pasar el tiempo a bordo, y aunque la mayoría ofrecen las mismas o parecidas, algunos barcos las incluyen en el precio final y en otros hay que abonarlas aparte y son opcionales, y lo mismo ocurre con el traslado desde Hanói hasta el puerto, en algunos casos viene ya incluido, y en otros hay que abonarlos aparte (unos 50 o 60 $ por pasajero) o acudir por nuestros medios al lugar de partida.
A la hora de pernoctar, hay tres tipos de cruceros: los que se duerme a bordo del mismo barco las dos noches y no se cambia de barco en todo el recorrido, los que ofrecen dos noches en barco, con cambio de barco a uno más pequeño durante el día, y los que desembarcan a los pasajeros en la isla de Cat Ba, un lugar bastante feo donde no hay nada, para pasar la noche en un alojamiento local, que no es precisamente un hoteles de cinco estrellas, ni de cuatro ni de tres. Suelen ser cabañas muy básicas, de las que los viajeros que se han alojado en ella arrojan pestes y que es mejor evitar si se desea guardar un buen recuerdo de la Bahía de Halong, aunque de esta forma, el dueño del barco se ahorra una buena cantidad, ya que por cada día de navegación tienen que pagar un permiso.
En el caso de dormir en el barco, pero durante el día los viajeros se desplazan en otro barco más pequeño, hay que tener en cuenta el camarote no estará disponible hasta la vuelta.
La mejor opción es aquella en la que se navega siempre en el mismo barco y se duerme en él, y por tanto, es la opción más cara.
Y por último, el recorrido. ¿Halong o Lan Ha? Hace algún tiempo, Lan Ha era un destino mochilero y resultaba más económico por su cercanía a los lugares que se visitan, pero actualmente, al estar menos masificado se ha convertido en un lugar exclusivo, y es el destino de barcos cinco estrellas, que intentan evitar lo inevitable cuando se trata de una de las siete maravillas del mundo. Los recorridos son diferentes, según se escoja Halong o Lan Ha, el paisaje de la bahía es prácticamente el mismo, y las atracciones a visitar están menos masificadas.
Existe también la posibilidad de realizar la visita por la bahía de Lan Ha por libre, llegando hasta la isla de Cat Ba, y contratando un tour local desde allí, pero ya no hablaremos de crucero, sino de excursiones. Y la mejor manera es hacerlo a través de una agencia local que ofrezca garantías y comodidad, como la empresa Hoang Long Asia, que por solo 10e, en cuatro horas traslada al viajero en bus y ferry hasta Cat Ba, donde se puede contratar alguno de los cruceros que se ofertan, incluyendo noche a bordo, o se puede recorrer la isla, bañarse en las tranquilas aguas que rodean la bahía de Han La, o dormir en alguna de las cabañas. Es una opción mucho más económica para conocer el entorno, y también más arriesgada, al no conocer el barco hasta el momento de llegar, y la disponibilidad real de plazas. Es solo aconsejable cuando se viaje sin un plan determinado y una duración o itinerario fijado de antemano.
1.2.3.2. Duración del recorrido por la bahía.
Es una discusión bastante frecuente y una de las mayores dudas que se plantean los viajeros a la hora de recorrer la emblemática bahía. No es fácil tomar una decisión, y dependerá en gran manera de dos variables, la duración del viaje a Vietnam y el presupuesto del que se disponga.
Un día.
Las excursiones para realizar un recorrido a bordo de un barco surcando la bahía, tienen una duración aproximada de doce horas, de las que siete u ocho, se utilizaran para el traslado desde Hanói al puerto en ambos sentidos, siendo el tiempo de navegación de unas tres o cuatro horas, por lo que esta opción solo es recomendable cuando no se disponga de más tiempo, por tratarse de un viaje corta duración o inferior a 15 días, algo muy habitual si tenemos en cuenta que, para estancias con duración menor a 15 días, los españoles no necesitan visado.
Aun así, siempre es preferible realizar este recorrido, a no hacerlo, por los maravillosos paisajes que se contemplan desde el barco y por la belleza de algunas de las cuevas que se visitan. Se suele comer a bordo, por lo que resulta una excursión muy bonita y atractiva, aunque corta y agotadora. Y es que, irse de Vietnam sin haber recorrido la bahía, aunque sea brevemente, es como no haber viajado a Vietnam.
Dos días.
Al hacer noche a bordo, el barco puede alejarse de la costa, y llegar a parajes menos concurridos. Suelen incluir pensión completa y se disfruta de actividades como el kayak, cursos de cocina vietnamita, pasos por cuevas, clases de Taichí, pesca nocturna, y baño en algunas de las playas de aguas cristalinas.
Es una opción intermedia, con muy buenas críticas entre los viajeros, porque además, permite relajarse y disfrutar de todas las comodidades de un crucero aunque se trate de una sola noche.
Tres días:
Si el viaje tiene una duración a partir de tres semanas, y el presupuesto lo permite, es la opción más recomendable y la mejor manera de conocer este maravilloso lugar. Al tener mayor duración, llega hasta rincones más alejados, además de ser sumamente relajante y divertido. Para nosotros, es la duración ideal, porque además de ver la bahía permite disfrutar de unos días de descanso a cuerpo de rey, tras una frenética actividad, y reponer fuerzas para continuar visitando el país. Es el punto de lujo y glamour que nos gusta que tengan todos nuestros viajes.
1.2.3.3. Reservar el crucero de nuestros sueños por la bahía de Halong y no morir en el intento.
Si hay un imprescindible al visitar Vietnam, esa atracción es la bahía de Halong, una obra maestra de la naturaleza, que ha hecho de las formaciones rocosas su particular lienzo en el golfo de Tonkín, un lugar con más de tres mil islotes y formaciones kársticas tapizadas de exuberante vegetación, con más de 500 millones de años de antigüedad, que parecen emerger desde las profundidades del abismo, y que esconden en su interior sorprendentes cuevas y grutas.
Para admirar esta maravilla paisajística, y a la vez, asegurarnos diversión y entretenimiento, no hay mejor opción que surcar los mares a bordo de un junco, tradicional, sorteando los miles de islotes, a la par que se contempla una de las siete maravillas de la naturaleza. Y es por esto, por lo que la mayoría de triquiñuelas y engaños, se dan al contratar este, a priori, placentero viaje.
Para sortear algunos de los muchos trucos y engaños que emplea la mafia que comercia con los sentimientos de los incautos turistas, ávidos por disfrutar la experiencia de su vida, no hay mejor antíodoto que escoger aquel barco que se adapte a nuestro gustos, por presupuesto, calidad y por programa a bordo, y después, una vez seleccionado uno o varios, contactar con agencias sobradamente contrastadas y con la naviera, para obtener un presupuesto.
Los hoteles, alojamientos, y muchas de las agencias de Hanoi, enseñan a los viajeros preciosos catálogos repletos de bonitos juncos, esos barcos tradicionales con velas de colores en forma de abanico, que realmente, no usan para navegar porque funcionan todos a motor, pero una vez los turistas en el puerto, son embarcados en cualquiera de ellos, como borregos, sin importar la elección, cual autobus en hora punta. Y dan igual las quejas, porque saben perfectamente, que una vez allí, tras cuatro horas de viaje, o lo toman, o lo dejan, perdiendo la ocasión de contemplar una de las siete maravillas de la madre naturaleza.
Un crucero, considerado como tal, aporta varios pluses que deberemos valorar a la hora de escoger el que será nuestro pequeño toque glamouroso en mitad de un viaje maravilloso, y a la vez, duro por las altas temperaturas que se han de soportar, y el esfuerzo físico que requiere este tipo de viajes en el que el tiempo, no es precisamente lo que sobra.
Se descansa peor y menos al tener que recorrer grandes distancias en poco tiempo y por eso, para nosotros es vital que, independientemente del barco escogido, contemple al menos tres pluses mínimos para ser considerado como tal:
El primero, es la propia navegación a bordo de una embarcación de calidad, capaz de proporcionar experiencias satisfactorias a sus huéspedes, con una ruta trazada hasta alcanzar diversos lugares de interés. Es importante poner atención en el recorrido de cada barco, y resaltar que en Halong, las mejores experiencias, son las menos masificadas, que exigen alejarse de la costa, donde muchas veces, la sensación es la de estar bañándose en Benidorm, por la cantidad de barcos y bañistas concetrados en pocos metros.
Un crucero de calidad, además proporciona una experiencia gastronómica a bordo, acorde a la categoría escogida, y podemos encontrar embarcaciones cuya cocina a bordo nada tiene que enviar al más gourmet de los restaurantes.
Y finalmente, el entretenimiento a bordo. Tan importante es el contemplar uno de los paisajes más idílicos del mundo, como regalar experiencias al resto de nuestros sentidos, y disfrutar de nuestro tiempo libre con actividades que nos hagan olvidar nuestra rutina habitual, para pasarlo bien, divertirnos, relajarnos, y por qué no, sentir como la adrenalina nos invade, por ejemplo, al encontrarnos por primera vez en el mar a bordo de un kayak, sin avanzar un solo metro. Clases de cocina, excursiones por los alrededores, pesca nocturna de calamares e incluso, sesiones de Taichí, son parte de las actividades que se contemplan en este tipo de cruceros de corta duración.
Si no cumple estos tres requisitos, nosotros no lo consideramos crucero, sino transporte por mar. Un crucero es un conjunto de sensaciones, no un traslado. Y esto, hay que tenerlo muy claro desde el principio.
No está de mas advertir, que deberemos considerar y valorar lo que está incluido en el precio que nos da la agencia, y lo que no. Actividades a bordo o los traslados desde y hasta hasta el puerto, pueden estar incluidos o ser opcionales.
Las bebidas, recordad que en ningún crucero se incluyen, a menos que se contrate un todo incluido que lo indique claramente.
¿Y cual ha sido el elegido?
Todavía con la miel en los labios por la buena experiencia del crucero en Egipto, buscábamos algo similar. El crucero de la bahía de Halong, iba a ser el broche de oro a la primera y mas extensa etapa del viaje mas largo hasta la fecha, y queríamos hacerlo por la puerta grande, antes de saltar al centro del país.
Tres días agotadores por los templos de Angkor Wat, tras recorrer a toda prisa Phnom Penh, durmiendo en autobuses y trenes, rutas entre arrozales y montañas en Sapa, conocer a pie una de las capitales más bulliciosas de Asía, sorteando motos que invaden hasta las aceras, visitar la otra "bahía de Ha Long ", en tierra, a lomos de motos capaces de adentrarse por todo tipo de senderos, son suficiente motivo para regalarse un buen descanso, y recuperar fuerzas para la siguiente etapa,
“A veces, lo barato, sale caro”, y lo teníamos muy presente. No queríamos dormir en un barco cochambroso, acompañado de roedores o comida insalubre. Si por pasajero y noche el precio es inferior a 100$, el riesgo de que así sea, es elevado.
Un precio razonable para un barco de calidad suficiente y contrastada, se sitúa en torno a 115-150$ por persona y noche, incluyendo las actividades, y en ocasiones, también los traslados.
Así, creamos una lista de todos los barcos que se adaptaban al presupuesto, y empezamos a comparar características más concretas, sobre todo, el itinerario y las actividades a bordo, Fuimos descartando, porque buscábamos rutas menos explotadas y masificadas, y nuestra lista final se redujo a tres barcos, el Azalea, de cinco estrellas, el Orchid, de cinco estrellas, y el nuevo barco, y el Peony, operado también por Orchid Cruises, de cuatro estrellas, por el que finalmente, nos decantamos.
Porque aunque somos viajeros independientes, y buscamos la manera de hacer por libre los recorridos, para un crucero que es el atractivo más importante de todo el viaje, junto a los templos de Angkor Wat, preferimos confiar en el buen hacer de una compañía de Cruceros con experiencia y de confianza, sin dejar margen de error que conlleve una mala experiencia, tan frecuente debido a la mafia que impera en Halong,
Además, si sumamos todos los gastos, consideramos el tiempo y energía invertido en traslados y en la busca de un barco, no nos compensa hacerlo por libre, por el grandísimo riesgo que corremos de que sea un auténtico desastre.
1.2.4. Otros lugares de interés.